El fin de semana pasado, he vuelto a leer un libro que me hace reflexionar mucho sobre mi vida, lo que hago y mi tiempo. Ese libro se llama "Rabia" de Jordi Sierra i Fabra, mi escritor favorito, y en mucho más que se ha convertido para mí. Quiero presentar un párrafo, que resume perfectamente como nos ven, a los jóvenes soñadores de hoy en día.
"Dile a alguien que vas a ser médico, o lampista, y te dirá que bueno, que de acuerdo. Pero dile que vas a ser austronauta. Seguro que te dirá que sí, gracias a la patada que te dará tu padre, que te pondrá en órbita. La gente nos mira como a entes abstractos, perdidos de antemano. Alguien tendrá que ser presidente del gobierno, y cantante de éxito, y actriz con un Oscar, pero todos creen que lo serán otros. Tú, imposible. Es su defensa. Su fracaso, o su inutilidad, los hace despreciarte. Y en el fondo, temen que tengas razón."
Esto, es algo que hace la mayoría de los adultos, incluso jóvenes que se ven perdidos y que no aceptan que otras personas tengan sueños (jóvenes equivocados claro está, porque uno no se puede rendir con esas edades, además de que, para conseguir algo no hay un límite de edad).
La respuesta más dada por los adultos es un "Búscate una carrera con una salida". Y que fueran una autopista los pobres.
Realmente, no entiendo la poca confianza que tienen hacia nosotros, la necesidad de ver a alguien fracasar porque ellos mismos hayan fracasado, sólo por sentirse mejor consigo mismos, sólo por tener una escusa para justificar que no consiguieron aquello que se proponían, porque no les dejaron, o peor aún, porque se rindieron. Que les den rabia que luchen por aquello que anhelan, sea músico, escritor, pintor, básicamente las carreras artísticas, que me refiero a ellas, ya que suelen tambien etiquetarlas como las profesiones de "los muertos de hambre".
En esta vida, para resumirlo en breves palabras, o eres feliz o te mueres de asco. Y cuando te sucede lo segundo, encima no quieres ver que los demás sean felices, y te dedicas a amargar a los que te rodean.
Es tan sencillo, que nadie ha caido en ello. Las personas creativas necesitan que alguien más viejo, más sabio les diga que, a fin de cuentas, no están locos, que pueden conseguir lo que se propongan, su sueño.
Repetir que el fracaso está ahí, ya se sabe, no hace falta ser un iluminado para caer en ello, a mi me cabrea este tipo de personas que se dedican a repetirte la parte negativa de cualquier riesgo.
Creo que, si alguno no cumplimos nuestro sueño, deberíamos ser ese alguien que habríamos necesitado para sentirnos seguros, llenos de vida y esperanzas.
Que nadie se rinda, es mu duro llegar a los 50 años y ver cómo renunciastes a tus sueños, a tu felicidad, ya sea como mencioné antes, porque no te dejaron, o peor aún, porque abandonastes.
Esta entrada se la dedico a dos amigos míos, que les gustaría ser escritores.
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